29 abr 2009

HOMENAJE A ROMÁN LEDO EN ZARAGOZA

El mundo de las letras aragonesas recuerda y homenajea al escritor oscense Román Ledo cuando se cumple el segundo aniversario de su muerte.

Recuerdos y gaseosa

Con la proyección de "Gaseosas de papel", una lectura dramatizada de varios de sus textos, el mundo de las letras zaragozanas homenajeó ayer en la Biblioteca de Aragón al escritor José Antonio Román Ledo. El oscense, fallecido el 23 de abril de 2007, fue recordado con emoción y cariño por José Luis Corral y Javier Aguirre (ambos representantes de la Asociación de Escritores de Aragón, que preside el primero), Feliciano Llanas (presidente de la madrileña Asociación Cultural Conde Aranda) y su yerno, el escritor José Ángel Monteagudo (que también acudió en nombre de la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, de la que es secretario general).



Corral rememoró una conversación que tuvo con el homenajeado poco antes de su muerte: "Estábamos en Salou, donde éramos vecinos, y me habló de sus viajes por Tarragona porque iba a hacer una guía. Lo recuerdo explicándomelo todo con unas ganas de vivir tan extraordinarias que es con esa imagen suya con la que quiero quedarme".
El autor de "El salón dorado" añadió que Román Ledo era "un ser entrañable que sentía la escritura como una necesidad vital": "si se hubiera dedicado a ella de una manera más profesional, sin que se entienda mal esta palabra, su obra sería más prolífica", matizó.
"Gaseosas de papel" fue grabado por la Asociación Conde de Aranda el 6 de octubre de 2007 en Madrid, bajo la dirección de Ángel García Suárez. Como explicó Feliciano Llanas, es un espectáculo teatral basado en textos de los tres últimos libros del homenajeado; "Repertorio de engaños", "Gaseosas de papel" y "Yogur griego". La obra está dividida en tres escenarios: a la derecha, un abuelo opresivo y su nieta representando la cotidianeidad; en el centro, dos presentadores de informativos que parodian las contradicciones de la sociedad; y a la izquierda, el idealismo, reflejado en el heterónimo de Román Ledo, "Juan Campasolo". Su humor es tan irónico -especificó Llanas- que a los actores en los ensayos les costaba concentrarse porque les entraba la risa".

Monteagudo quiso resaltar una frase que José Antonio le dijo una vez a su esposa, Mª Elena Sanjuán: "No sabes la cantidad de amigos que tengo yo". "En actos como este se constata que no se refería solo a la cantidad, sino también calidad. Él se involucraba al máximo, tenía una fortaleza increible y no se dejaba influenciar por las modas. Por eso su obra perdurará en el tiempo", recalcó.

En el acto en el que se recordó a Ledo también estuvieron la viuda del homenajeado, sus hijas Marta y Ana, sus nietas, Ángela y Gema, su hermano, Santiago Román (también escritor), el editor de sus cuatro últimos libros, José Vicente Zalaya, y autores como Miguel Carcasona, Mª Pilar Callizo, José Luis de Arce, Luciano Varea, Jesús Cáncer, Luis Bazán o José Mª Serrano.
HELGA MARTÍNEZ

*Publicado en Heraldo de Aragón (Miércoles, 29 de abril, 2009)

*En la foto (De izda a dcha.); José Luis Corral, Javier Aguirre, Feliciano Llanas y José Ángel Monteagudo.

HOMENAJE A ROMÁN LEDO EN HUESCA








"Román Ledo fue una excelente persona y un fantástico escritor"


Ayer se proyectó en Huesca la lectura dramatizada de su obra "Gaseosas de Papel"

HUESCA.- El oscense José Antonio Román Ledo recibió ayer un emotivo y cariñoso homenaje en el Centro Cultural Ibercaja Huesca en forma de proyección. Sus "Gaseosas de papel" tomaron vida una vez más para recordar a una "excelente persona y fantástico escritor de difícil clasificación" que falleció hace dos años y con el que la ciudad de Huesca estaba de alguna manera en deuda, tal y como apuntó durante la presentación de esta obra Julia Lera, directora del centro de Ibercaja, quien estuvo acompañada de Feliciano Llanas, presidente de la Asociación Cultural Conde de Aranda, y Angélica Morales, en representación de la Asociación Aragonesa de Escritores.


"Cuando falleció en 2007 decidimos hacerle un homenaje, y con sus tres últimos libros montamos un espectáculo teatral" que fuera más allá de unos cuantos "textos sueltos" y pudiera presentarse como "una unidad dramática" reivindicando así la faceta de autor teatral que Román Ledo no llegó a desarrollar como tal, pero que hubiera podido desempeñar sin mayores dificultades de habérselo propuesto, explicó a este periódico Feliciano Llanas. Las tres últimas obras de Román Ledo, "Engaños", "Gaseosas de papel" y "Yogur griego" son la base de esta dramatización, grabada en Madrid hace dos años, y que combinó para la ocasión el director teatral de la Asociación Cultural Condes de Aranda, Ángel García Suárez, respetando la esencia de cada uno de los escritos del oscense, "textos ácidos con un humor desconchante en los que saca a relucir todas nuestras contradicciones".
"Es una visión de nuestra vida", continuó Llanas, que se plasma sobre el escenario con tres acciones diferenciadas. Por un lado "está el día a día" representado por un abuelo y por su nieta, y por otro, "el idealismo" que refleja el heterónimo de Román Ledo, "Juan Campasolo". Entre ambos escenarios se sitúan dos presentadores de informativos que, con una acción exagerada, "muestra el ridículo" al que se llega en muchas ocasiones parodiando algunas de las informaciones de las que nos hacemos eco actualmente.


La crítica mordiente de Román Ledo vuelve a cobrar vida a través de la voz de estos actores y se acerca a un público que quizás, en vida, se le resistió. "Él era un escritor realmente muy difícil de leer, e incluso su mujer le decía que la gente del pueblo no le iba a entender. Entonces él le contestaba que no escribía para la gente del pueblo", recordó Llanas, que se mostró muy satisfecho de que la obra del escritor oscense pueda llegar finalmente al público y agradeció la presencia de su vida en la sala.
Él, junto a Angélica Morales, que también elogió la figura de Román Ledo, fueron dos de los escritores que colaboraron para finalizar la obra "Ducha escocesa" rindiendo así otro homenaje a "este maestro de la palabra y de la ironía" tratando de "imitar su inimitable estilo", dijo Angélica Morales.
*En la foto: Angélica Morales, Julia Lera y Feliciano Llanas, ayer con la imagen de Román Ledo al fondo. / Foto: Victor Ibañez

*Información aparecida en el Diario del Alto Aragón (28-04-09)

23 abr 2009

DOS AÑOS SIN JOSÉ ANTONIO

Tal día como hoy nos dejó, hace un par de años, nuestro José Antonio Román.
El amigo Mariano Ibeas dejó un comentario en la anterior entrada del blog refiriéndose a la inmortalidad de alguien. Su comentario me da pie para escribir un poco sobre ello y el recuerdo de Román.

La inmortalidad, como tal, físicamente, no existe; por ello disertaremos por el camino de la inmortalidad aparente. En esa inmortalidad aparente podríamos definir dos estadios: el del recuerdo y el de la obra (quizá la propia inmortalidad aparente sea otro estadio a desarrollar).

José Antonio tiene la suerte de contar con una gran fortaleza inmortal en ambos apartados. Los familiares (por supuesto) y los amigos, lo siguen recordando día a día, reconociendo su calidad humana, su particular huella en todos ellos en su paso por esta vida de claroscuros. Muchos han hecho referencia a que su contacto con Román cambió la visión de ciertos apartados de la vida, el placer de una conversación o, simplemente, la manera de afrontar y creer en las cosas.

En el otro estadio de la inmortalidad, el de su obra, nos encontramos ante un legado que no se extingue, siempre esperándonos en la estanteria preferente de nuestra biblioteca particular. Esas mismas palabras que se quedaron un poco más huérfanas el día de su muerte, son las mismas que alaban y ensalzan su obra a diario, son las que se ocuparán de mantener constante la llama de su recuerdo literario que muchas veces irá unido al recuerdo personal.

Pero esta inmortalidad literaria tiene una ventaja; el recuerdo se agota porque las propias personas se agotan, las generaciones terminan por fagocitar a sus propios hijos, cayendo estos en un olvido involuntario aunque cruel. La vida y la muerte son así, indisolubles, universales e infinitas. Pues bien; la obra literaria no se agota, siempre queda como placer y como paradigma, y si esas palabras son merecedoras de traspasar generaciones, décadas o siglos enteros, allí estarán como recuerdo de la significación de esa persona.
Creo sinceramente que la obra de Román perdurará por su originalidad y calidad, lo mismo que perdura su recuerdo personal en todos aquellos que lo conocimos, aunque con la ventaja de que su luz literaria no se extinguirá nunca.

Amigos, dos años sin Román también dejan huella pero se nos presenta la oportunidad -hoy, día del libro- de volver a disfrutar de su presencia literaria.

José Ángel Monteagudo



*En la foto superior el editor, José Vicente Zalaya, en su stand de Libros Certeza del Pº de la Independencia y su particular homenaje a José Antonio Román. Gracias, José Vicente, por tu emotivo recuerdo. (23-04-2009)
*En la foto inferior, detalle del puesto literario.